12/07/2007

La invasión de los ultracuerpos


La novela "Los ladrones de cuerpos" ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones con mayor o menor fortuna. Pero sin duda la versión más inolvidable y terrorífica es "La invasión de los ultracuerpos" (1978), protagonizada por Donald Sutherland en uno de sus papeles más recordados.
Una mujer ha encontrado unas extrañas flores, y pide a su amigo que las analice en sus laboratorios. Durante los días posteriores nota que su marido se comporta de una forma muy atípica, pero no es la única persona que ha notado cambios en alguien cercano. Poco a poco, todos se van transformando en “extraños” y solo unos cuantos consiguen no ser abducidos por la misteriosa transformación. La desesperanza les invade cuando se percatan que no pueden pedir ayuda, ya que los extraterrestres lo controlan todo.

Este thriller apocalíptico se adentra de lleno en el mundo del terror psicológico, como nuevo subgénero en la ciencia ficción. Al estar ambientada en una gran ciudad se acentúa el sentimiento de desazón e intranquilidad. Nadie puede estar seguro que las personas con las que se cruza por la calle sean humanas o replicas sin alma. Una buena metáfora sobre la pérdida de personalidad en beneficio de la colectividad masiva de una gran urbe.
Un brillante juego de engaños en los que nunca se puede estar seguro si estamos frente a una persona o ante un alienígena; inquietantes chillidos de los invasores al descubrir a los “no convertidos”. Elegantes efectos especiales para la época y un excelente reparto completan los ingredientes de una de mis películas favoritas de todos los tiempos.